Recuerdo cuando era niño y la leche se vendía en bolsas, duraba dos o tres días en el frigorífico y cuando ya sabía ácida la tirabas. Por entonces la leche ya había pasado por las manos del doctor Pasteur, y creo que incluso ya era UHT, pasteurizada y uperisada, vamos, el tope gama. Luego llego el tetrabrik, que nos permitía una mayor conservación del producto y no era necesario el frío, impresiona ¿verdad?. Pues imagínate cuando todos los fabricantes empezaron, allá por los ochenta, a desgrasar la leche y sacar la triple gama: entera, desnatada y semidesnatada. Entonces ya no nos vendían la pasteurización y la uperisación, todo el mundo estaba ya perfectamente familiarizado con estos procesos. Por entonces tocaba aprenderse los colores de los envases para saber cual era cual, y además los fabricantes no se ponían de acuerdo con ellos, así que corrías el riesgo de que si no leías el envase te llevabas a casa la leche desnatada cuando tu solo querías leche normal, de la de bolsa pero en tetrabrik. La competición entre fabricantes no había hecho más que empezar. Surgió poco después un producto ideal, espectacular y que todos los niños esperábamos desde hacía tiempo, el yogur líquido. No parecía ser más que yogur batido con leche, pero el precio era tan espectacular como el producto.
A partir de ahí empezó la locura. A algún lumbreras se le ocurrió que la leche, tradicional aporte de calcio, tenía que tener más calcio ( la tercera edad es un sector importante) así que leche enriquecida con calcio. Que aportaba poco ácido fólico, pues más ácido fólico (especial para embarazadas oiga). Y amigos, en los años que corren lo oriental está de moda, así que soja para todos, que si leche con isoflavonas de soja, que si leche de soja con calcio, que si leche desnatada con isoflavonas, extra de calcio y omega3. Haga la pizza de leche a su gusto (60 cents. ingrediente extra).
Pero esto no es todo, lo de los productos lácteos me supera. Cuando se dieron cuenta de que el yogur liquido dejaba de petar, tal vez inspirados en los componentes mágicos de los detergentes,oxiaction, oxígeno activo,quantum, active clean, pequeño y poderoso (con este último ya ni se molestaron en buscar “palabro”) y dijeron, tenemos que investigar mucho e invertir miles de millones hasta poder incluir componentes con cualidades pseudomilagrosas al yogur. Así llegaron los l-casei inmunitas... y el bífidus... y los esteroles vegetales... pero ya todo el mundo conoce esto, y bifidus hay muchos, así que venga, bifidus digestivum, bifidus regularis, bifidobacerium lactis, bifidus actiRegularis... y al final llego el producto de los productos, el no va más... ¡tacháááń! LA LECHE SIN LACTOSA.
No digo que esto último no me guste, ya que me parece un producto estupendo para aquellas personas a las que les puede gustar la leche y padecen intolerancia a la lactosa. Hasta aquí todo bien, pero es que resulta que la lactosa es un azúcar exclusivo de la leche y sera por ignorancia, pero a mi esto de la leche sin lactosa me suena a fabada sin fabas, a morcilla sin sangre, a mar desalado, vamos, a leche sin leche.
En breve, si no es que existe ya, iremos al supermercado y podremos adquirir leche desnatada, sin lactosa, con isoflavonas de soja, omega3 y esteroles vegetales, osea leche sin leche con un montón de cosas, eso sí, superpositivas para mi salud, dios bendiga al fabricante.
Sucede que, algunos, lo único que queremos es leche normal, de vaca, entera y como mucho UHT. Lo único que queremos es comer yogures como los de antes, que sepan a yogur.
Pero no nos preocupemos, esto sucederá en un futuro, cuando los fabricantes lácteos se cansen de cuidar nuestra salud con productos milagrosos que tienen de todo menos leche. Cuando los componentes milagrosos dejen de funcionar mercantilmente nos venderán leche tradicional y yogures clásicos (estos creo que ya los venden) . Eso sí un 8000 % más caros que hace 20 años, que para volver a conseguir leche de vaca de verdad tendrán que utilizar complejos procesos químicos que nosotros, pobre mortales, nunca seremos capaces de entender.
Hasta que esto suceda, lo importante es que comprendamos que los grandes fabricantes invierten miles de millones en investigación para elaborar productos más sanos, que nos harán vivir más y mejor y que además son de una calidad infinitamente superior. Por todo esto, amigos y amigas, nunca consumáis marcas blancas, ya que se aprovechan de los miles de millones invertidos en investigación por las grandes industrias sin aportar nada al mercado... salvo que queráis tomar simplemente leche, claro.