miércoles, 31 de marzo de 2010

EL HOMBRE ES BUENO POR NATURALEZA Y CUANDO MUERE MÁS

Hoy me he levantado con el pie cambiado, con ganas de discutir, será que no cené cereales de los del anuncio, y resulta que ahora mismo no tengo aquí con quien y aún no estoy lo suficientemente tarado para discutir con la pared, así que desahogaré mi furia con el teclado del ordenador.
Desde hace tiempo me llama la atención que cuando alguien, popular o anónimo, la endiña, salvo que en su curriculum conste algún que otro genocidio, el fiambre siempre es una maravillosa persona y, en caso de ser personaje público, un ejemplo tanto a nivel profesional como humano. De hecho, aunque a lo largo de su vida haya cometido tropelías por doquier, al llegar el final de sus días, dichas tropelías o no han sido tan graves como en su día parecieron, o directamente el pobre no las hizo sin ser consciente de ello. Juro que he visto casos de estos y no tengo manos para contarlos.
Se utilizan en los sepelios frases tipo que buena persona era, no había otro igual, el pobre al único que hacía daño era a si mismo, era un gran compañero y mejor amigo, nunca negaba un favor, lo daba todo sin pedir nada a cambio, etc. Realmente estas frases no siempre tienen por que ser puro ejercicio de hipocresía, reconozco que en más de una ocasión el que escribe también las ha utilizado. Pero estoy seguro que en la mayoría de los casos, si el muerto pudiera levantar la cabeza diría: Sí, un santo varón soy, pero podía haberla cascao algún otro que yo me se antes que yo.
De entre todas las frases ensalzadoras de cuerpo exánime, sin ninguna duda la que más me gusta y a la vez me repatea los mismísimos es la de "siempre se van los mejores". Pues mira tu que no, que no se van solo los mejores, que al final se va todo hijo de vecino, que más pronto que tarde , aquí no quedará ni el apuntador.
En su día tuve un intercambio de opiniones con un amigo por algo que comentó sobre uno que acababa de estirar la pata, un conocido actor. El caso es que el comentario me pareció como poco, fuera de lugar, por eso de que no se habla mal de los que no están delante y no pueden defenderse, y más cuando si quiera tienes conocimiento de causa para opinar. Veíamos en el telediario como iban saliendo sus compañeros y amigos de la capilla ardiente alabando su persona, comentando lo gran amigo y compañero que era, anécdotas de rodajes, donde nos hacían ver que además de gran actor era en la intimidad, desenfadado, dicharachero, bromista, desprendido, serio cuando tocaba y sobre todo correctísimo, amabilísimo y demás isimos con todos los miembros del equipo. Vamos, estaba al borde de irme corriendo a casa a escribir una carta al papa santo de Roma pidiendo la beatificación del susodicho, cuando mi amigo me espeta un era un golfo, un borracho y un putero en toda mi ingenuidad.
El caso es que posteriormente pude ver un reportaje en el que la esposa del difunto corroboraba palabra por palabra lo dicho por mi amigo, que el tipo era un juergas al que le gustaba menos la luz del día que a Mafalda la sopa, que le daba al buen vino y al menos bueno, y que sus devaneos extraconyugales no se contaban con los dedos de un equipo completo de rugby, hecho este último que el mismo confesaba públicamente en una entrevista de archivo que incluía el reportaje. De todas maneras, la esposa, consentía y aceptaba a su marido y alababa de todas formas su persona. Así todo, seguro que para muchos, entre otros mi amigo, el hombre no era precisamente un ejemplo de bonanza.
Con todo esto y a lo que iba, yo, que hoy me he levantado guerrero, así que me atrevo a llevar la contraria a Rousseau, a Socrates y a quien haga falta, al decir que no me creo, ni por asomo, que todo hombre sea bueno, ni cuando nace ni cuando estira la pata. Que este mundo tan "globimultisolirante" esta en realidad lleno de hijos de puta y yo no pienso ser el hijo de la beata. Así que cuando me muera, que espero sea dentro de mucho, prefiero que mi familia y mis amigos, que con gran paciencia me han soportado, cuenten lo que en vida fui: un juergas al que le gustaba la noche y los pequeños vicios en buena compañía, un terco que siempre quería tener razón, un cabrón que anteponía la mayoría de las veces el bienestar propio al de los demás, un bocazas un poco despegado, egoísta, egocéntrico y, a veces, huraño. Que lo dejen bien claro, que ya soy mayorcito para saber que los buenos amigos te quieren con tus defectos y la familia lo hace sin condiciones, no sea que la cosa vaya a mayores y a algún alma cándida le de por pedir mi beatificación.
Y que los que simplemente me conocieron poco y a ratos, que se callen la boca, que en boca cerrada no entran moscas, que está muy feo hablar mal de los que ya no pueden defenderse. Será por esto último por lo que en esta época "chupiguay" por la que nos toca caminar, correr o simplemente deambular, es necesario que alguien diga lo bueno que era uno cuando ya no puedes si quiera llevarle la contraria. Porque está bien visto, es políticamente correcto y es lo que se hace en estos casos. Queda dicho... y escrito.

viernes, 19 de marzo de 2010

EL TELÉFONO MÓVIL, ESE GRAN ENEMIGO.

El otro día asistí a una discusión entre profesores de instituto con respecto al uso de teléfonos móviles. El caso es que en un aula unas chicas habían hecho fotos a otras con sus teléfonos y las habían colgado en una red social de internet realizando, al pie de dichas fotos, comentarios despectivos. Solución tomada por el equipo directivo: prohibir el uso de teléfonos móviles en el centro. Eso sí, fotos y comentarios siguen colgados en internet . ¿Qué sabemos nosotros lo que es una red social en internet y si se pueden o no borrar esas fotos y los comentarios anexos?
Que puedo decir, casi me da algo. Una vez más, como solución a un conflicto, ponemos puertas al campo y asunto solventado.
Probablemente el caso es parecido al de aquellas prendas indecorosas llamadas camisetas, que empezaban a pulular por nuestras aulas allá por los años 60. Por dios, como alguien puede asistir a clase con camiseta, va de retro satanás. A prohibir se ha dicho.
El uso de teléfonos móviles está extendido en nuestra sociedad desde hace aproximadamente 15 años, y se puede decir que es generalizado desde hace 10, hasta el punto de que, no creo que haya alumno mayor de 14 años que no tenga su propio terminal y linea. Así todo, el teléfono móvil, sigue siendo visto como algo moderno, inútil, destructivo y cuya única utilidad en el aula es molestar. Y sí, es cierto. En muchos casos, me arriesgaría a decir en la mayoría, lo único que hacen los alumnos con su teléfono móvil es molestar, pero ¿de quién es la culpa? Yo me arriesgo a decir que la culpa es compartida por todos. Los alumnos no saben utilizar sus teléfonos móviles dentro del centro y en la mayoría de ellos, en lugar de generarse unas normas básicas de uso, la única medida que se toma es la prohibición.
Es que los alumnos se ponen a mirar el teléfono móvil durante las clases ¿acaso hace años no hacían dibujos, incluso en las mesas o leían comics o revistas de dudoso valor educativo durante las clases? Es que estás dando clase y de repente suena un teléfono móvil y encima salen fuera a coger la llamada sin el más mínimo reparo. Sancionable en parte, todos los teléfonos móviles tienen un modo silencio y el alumnado tiene que saber que al igual que en el cine o el teatro, en el aula, el teléfono tiene que estar en modo silencio. Con respecto al hecho de salir a coger la llamada, si la llamada es urgente ¿por qué no va a salir a cogerla?. Es que entonces es un desmadre porque para ellos todas las llamadas son urgentes. Bien, enseñemos al alumnado lo que realmente es urgente, y les aseguro que es fácil. El alumnado suele, con mayor o menor frecuencia, ir al baño. Generalmente el profesorado sabe cuando un alumno va al baño con demasiada frecuencia y en un momento dado dice basta. Es exactamente lo mismo, cuando un alumno pide permiso para ir al baño tres veces a lo largo de una mañana, salvo que se sepa que está enfermo, se le deniega. Del mismo modo se puede hacer, sin ninguna dificultad con las llamadas telefónicas.
¿dónde está el problema? Muy sencillo, el problema es que seguimos viendo el teléfono móvil, totalmente generalizado en nuestra sociedad, como una "nueva tecnología" inútil y demoniaca. ¿qué sucederá cuando, en breve, todo el alumnado tenga su propio portátil? Se lo puedo decir sin el más mínimo lugar a dudas, serán portátiles totalmente "capados" para que no puedan tener acceso a prácticamente nada que pueda distraer su atención y no sea “educativo”, como sucede hoy en día con la mayoría de ordenadores de muchos centros, en los que solo se puede acceder a portales educativos y poco más, obviando millones, y ojo que no exagero, millones de contenidos de internet que pueden resultar mucho más didácticos que los propios de los portales educativos. De esta manera seguimos preparando a nuestros jóvenes para vivir en la sociedad en la que nosotros nos criamos, allá por 1990 o antes, y no para vivir en la sociedad en la que ellos crecen. Sigue resultando más fácil poner puertas al campo que enseñar a vivir en la sociedad del siglo XXI. La radio fue el demonio, la televisión fue el diablo y hoy en día internet es satanás en persona. Así nos va.

jueves, 11 de marzo de 2010

TIC's vs "Nuevas tecnologías"

Durante el último tercio del siglo XX el sector educativo se refería frecuentemente a aquellos utensilios, generalmente electrónicos, que comenzaban a irrumpir con fuerza en las aulas como "nuevas tecnologías", de hecho recuerdo que durante mis estudios de magisterio, cursé una asignatura que se hacía llamar "nuevas tecnologías aplicadas a la educación" y otra denominada "nuevas tecnologías aplicadas a la música". Llama la atención que aquellas "nuevas tecnologías" eran fundamentalmente software de uso común incluso en aquellos días, me refiero a programas como los incluidos en cualquier paquete "office" o los específicamente musicales "cubase" o "encore". No pretendo aquí menospreciar, ni mucho menos, la tarea de los docentes de entonces ya que es cierto que en los años noventa el uso de ordenadores no estaba extendido en España de la misma manera que lo esta hoy, y que lógicamente aquellos programas que hoy son tan comunes, en aquel tiempo no lo eran tanto, además todavía el acceso a internet era minoritario y por tanto la creación y utilización de portales educativos, foros, blogs, etc, era aún una quimera.

Pero vamos a lo que aquí me trae. Actualmente el termino nuevas tecnologías ha caído casi en desuso (una pena tener que decir casi) y se ha sustituido por el de TIC's (tecnologías de la información y la comunicación) mucho más correcto y apropiado a los tiempos que corren. Es una pena que para muchos docentes el cambio de nomenclatura no haya significado nada y sigamos viendo el ordenador y todos sus periféricos como se miraba al obsoleto vídeo en 1980. ¿Cómo funcionará esto? se preguntan muchos, es que los ordenadores se estropean continuamente, dicen otros, y además con la cantidad de virus que hay, ¡huy! yo esto no se si sabré hacerlo. Y la frase más penosa de todas, es que esto es demasiado moderno y además no le veo la utilidad.
La realidad de la educación es que realmente a los docentes nos falta formación, cierto es, pero también nos falta uso diario y cotidianeidad, esto último lo más importante. Para que me entiendan, nos pasamos los meses haciendo cursos sobre como sintonizar canales a través de un video, como programarlo, como utilizar los mil botones del mando a distancia, pero nunca utilizamos la opción básica: meter una cinta y darle al play.
Esta es la realidad, formo parte del sistema educativo y diariamente veo como compañeros y compañeras hacen cursos de office, de pizarra digital, de sistemas operativos pero nunca buscan nada en internet, no utilizan el ordenador en su vida cotidiana (procesadores de texto aparte) para nada. Resultado, hoy hago el curso de pizarra digital y para dentro de un año, cuando llegue al centro una pizarra digital, o cuando a alguien le de por sacarla del embalaje, ya no recuerdo absolutamente nada de como se utiliza.
Por estos pequeños detalles y por muchísimos más, no quiero extenderme ahora demasiado, las TIC's siguen siendo para muchos de nosotros, y me incluyo, nuevas tecnologías.